Tu Luna Prenatal como indicador de tu destino

La Luna Nueva o la Luna Llena previa al momento de tu nacimiento contiene una gran cantidad de información acerca de los potenciales que puedes llegar a realizar en esta encarnación. Esto es así porque contiene los códigos de la relación alquímica entre tus dos luminarias, es decir, entre las dos partes fundamentales que te dieron la vida: Tu Sol y tu Luna, tu animus y tu anima en términos junguianos. Puedes comprobar cuál es la tuya mirando en una efemérides y viendo cuál fue la Luna Llena o Nueva previa a tu nacimiento.

Tu Luna Prenatal es uno de los indicadores más importantes que se usan para valorar lo que es posible y lo que no es posible para ti en esta encarnación, y tanto el signo como la casa natales en los que está ubicada describen las características de esos potenciales. Las dinámicas arquetípicas del signo de tu Luna Prenatal siempre va a ser como un motor invisible que, de maneras a veces más obvias y otras menos, va a constelar temas, situaciones y encuentros con personas correspondientes al signo zodiacal de la lunación. Estos se harán manifiestos a través de los asuntos de la casa en cuestión.

El hecho de que la Luna Prenatal esté ubicada en los últimos 2 grados de una casa aporta una diferencia relevante a la interpretación y habla, entre otras cosas, de un punto álgido o de clímax en la presente encarnación del inidividuo – posiblemente una resolución o un cambio de ciclo en el esquema total de su trayectoria evolutiva como alma.

Pongamos algunos ejemplos de las implicaciones de las Lunas Prenatales en la vida de las personas y cómo incluir la rica información que aportan a tu horóscopo. Una persona con su Luna Nueva Prenatal en el grado 27 de Tauro al principio de su casa 7 conjunta a su Sol, por ejemplo, tiene disponibles en su trayectoria vital los potenciales de la mediación, el apoyo y el aliento vital que ofrece el signo de Tauro. Una de las actividades más importantes para esta persona a lo largo de su vida va a ser forjar y cultivar una relación personal y auténtica, de humildad, con los cielos y los ámbitos invisibles de la realidad, para llegar a un sentido de armonía y cohesión internos que le permitan llegar a sentirse acogida en el mundo. Este sentido de la tranquilidad interna le permitirá, poco a poco, ir abriéndose a la inspiración que le abrirá las puertas a una mayor creatividad. Lo que ocurre es que al ser Luna Nueva y estar en la casa 7, esta persona va a tender a proyectar este potencial en otras personas, llegando incluso a hacer falsos dioses de las relaciones con tras personas, para no tener que enfrentarse al trago de bregar ella misma y de manera individual con lo desconocido, que es lo que el Sol y la casa 7 esencialmente nos plantean a cada instante de vida. En fin, es muy probable que esta persona quiera aferrarse al pasado para evitar tener que crear su presente a partir de esa relación impredecible y sin garantías que cada ser humano, de manera íntima e intransferible, mantiene con la divinidad. Pero a partir del momento que logre vivir más en el presente y desaferrarse lo más tangible e inmediato, experimentará cambios importantes y movimientos muy favorables en su realidad.

Otro ejemplo, alguien cuya Luna Llena Prenatal está en el grado 15 de Acuario en su casa 1 está convocada en esta vida a encontrar un sentido de la individualidad y del yo lo suficientemente sólidos que le permitan experimentar la unión de su cuerpo y de su mente. Esta unión le facilitará un anclaje real, orgánico con la tierra y la existencia encarnada, para llegar a disfrutar de la existencia encarnada a partir de la estructura, la auto-afirmación y el saber hacer. Así es que el espíritu y el alma tienen un compromiso ineludible con la dimensión material – hacer cosas y ejercer su huella en la materia-, que tendrá que esclarecer a medida que transita y crece al calor de las situaciones que le va ofreciendo el entorno inmediato. Tratándose de una Luna Llena, el espejo de las relaciones e ir nutriéndose del resultado manifiesto de todo lo que se va haciendo y logrando es fundamental. Forjar la individualidad y la autoridad personal pasará siempre por la interacción con personas y grupos de personas en el camino. Si esta Luna Llena Prenatal está en Acuario interceptado, esta persona puede tardar más en llegar a ser consciente del pulso de su individualidad y de su yo, a los que puede ser proclive a renunciar durante mucho tiempo disuadida por las tribus y los grupos a los que pertenece. En ese caso, encontrar una correlación entre los desafíos a la personalidad que se vayan planteando a cada paso para ir accediendo a la propia autoridad y soberanía puede requerir un esfuerzo extra en términos de energía o de tiempo, ya que todo lo que está interceptado suele costar más integrarlo en la consciencia. Pero, si se logra, las recompensas serán grandes.

Tomemos el ejemplo de una persona con su Luna Nueva Prenatal en el grado 17 de Acuario al principio de su casa 12, y en conjunción con su Sol natal. Aquí es aplicable lo mismo que terminamos de decir en el párrafo anterior: para esta persona en la vida se trata de encontrar un sentido de la individualidad y del yo lo suficientemente sólidos que le permitan experimentar la unión de su cuerpo y de su mente. Esta unión le facilitará un anclaje real, orgánico con la tierra y la existencia encarnada, para llegar a disfrutar de la existencia encarnada a partir de la estructura, la auto-afirmación y el saber hacer. Así es que el espíritu y el alma tienen un compromiso ineludible con la dimensión material – hacer cosas y ejercer su huella en la materia. Sin embargo, al estar la Luna Prenatal en la casa 12, que no en la 1 como en el caso anterior, el camino para ir logrando este objetivo es ir deconstruyendo el ego y renunciar a muchas de las urgencias de inmediatez que suele imponer el yo condicionado. Aquí se hace más necesario no tanto gestionar la relación con lo tangible y lo inmediato, sino de permitir que los ámbitos no visibles y divinos co-creen esa realidad con nosotros. Para esta persona es fundamental desapegarse de lo que el colectivo y las dinámicas tribales dicen que hay que hacer y no hay que hacer para ser un individuo y vivir la vida, lo cual pasa por llegar a un sistema de valores propios y detectar cuáles son las propias necesidades individuales ( que pueden coincidir con las del colectivo o no). El ejercicio de quitar continuamente al yo condicionado del medio debe ser diario y continuo. Esto se logra con presencia continua e incondicional al yo al sistema emocional que nos permita dejar siempre margen para la incertidumbre y lo desconocido. De lo contrario, sin esta presencia contemplativa, la necesidad de controlar la realidad puede convertirse en una adicción que puede llegar a generar un karma reactivo que hará erupción en el momento menos deseado. La Casa 12 exige invariablemente humildad y doblegarse ante el poder de lo que está mucho más allá de nuestra mente y la cortedad de miras de nuestro ego: en eso estriba en realidad todo desapego. En el caso de esta persona, el aferramiento, el apego y la separatividad son los peores obstáculos para su propia auto-realización. Aunque, si desiste de sus empeños intútiles en controlar lo desconocido, los milagros podrían ocurrir en su vida, como siempre es el caso cuando Acuario y la casa 12 tienen relación de inmediatez en un horóscopo.

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