Escorpio, la casa 8 y el arquetipo del Chivo Expiatorio

Con los señores del Karma y del Hades ( Saturno y Plutón) en retroceso por Capricornio ( signo por excelencia del karma manifiesto), se hace muy necesario investigar un patrón arquetípico que está en tod@s nosotr@s a nivel colectivo, y que además está en tu Contrato Sagrado si la energía plutoniana es prominente en tu carta natal ( de manera general, lo es si forma aspectos exactos y si rije por signo y casa a tu Sol, Luna o al regente de tu carta).

El arquetipo del Chivo Expiatorio es un patrón en el que, por una atracción casi magnética, parecemos atraer la «basura psíquica» de otras personas. De manera que, cuando somos culpad@s de algo, lo que estamos es absorbiendo el territorio de la Sombra de otras personas, que no reconocen y por eso necesitan proyectar en nosotr@s: nos convertimos en el recipiente de su lado oscuro.

La manera como reconocemos esta dinámica es porque sentimos cómo se nos culpa sistemáticamente de lo que no va bien, «se nos echa el muerto» de lo que ocurre, y siempre terminamos siendo el «culpable» de la situación- somos recipientes de la oscuridad «ajena». Este fenómeno ocurre continuamente no solo a nivel interpersonal, sino que es un fenómeno colectivo; muchos gobiernos lo utilizan como táctica a lo largo y ancho del mundo, en nombre de las más distintas tendencias políticas. Los casos históricos del nazismo y del stalinismo son ejemplos muy obvios de esta dinámica llevada al extremo.

Pero no hace falta remontarse a siglos atrás para comprender cómo este patrón de conducta forma parte íntima de  nuestras vidas. Piensa en las dinámicas intrafamiliares en tu caso: ¿ había o hay alguna «oveja negra» en tu familia, a la que se terminaba por culpar de todo al cabo del día, aunque fueran los detalles más nimios? Esto es solo un atisbo de la sutilidad con la que puede funcionar este patrón de energía.

Tod@s sin excepción interactuamos desde este arquetipo de alguna forma en nuestras vidas para defender la identidad de nuestro ego… y para defendernos de la vergüenza que sentimos acerca de nosotr@s mism@s. Por eso tendemos a juzgar a los demás- esa es una manera de victimizar: tendemos a etiquetarlos de alguna manera, culparles, y hacerles responsables de nuestros males y de por qué no estamos consiguiendo algo, etc. Puedes ver cómo funciona ésto en el mundo de los negocios todo el tiempo, cuando no se cumplen objetivos, o incluso en las relaciones de pareja que se han convertido en un juego de poder, en que se responsabiliza a la pareja de la propia infelicidad, y en todos los escenarios donde alguien se niega a aceptar la responsabilidad de la realidad de una situación. La llamada «violencia de género» se asienta en gran medida sobre esta dinámica arquetípica.

El arquetipo de la Víctima suele estar en las inmediaciones del Chivo Expiatorio, ya que el ego suele sentir que tiene el derecho a sentirse victimizado y, por esa misma razón, necesita culpar a otro de lo que no funciona, culpar a otro de lo que él mismo hace mal. Si somos honest@s, vemos que este tipo de comportamiento está gran parte del tiempo dirigiendo nuestras vidas.

Te invito a que hagas un inventario para que seas más consciente de tu Sombra: ¿dónde culpas y haces recipientes a otros de tus miasmas psíquicas para así no tener que mirar dentro de ti,  evaluar las dinámicas de tu poder interno y así mantener la ilusión de que «eres una buena persona»?.

Y por qué querríamos hacer eso? Para defender y mantener nuestra auto-estima. Y queremos defender nuestra auto-estima porque estamos condicionados para pensar que si hacemos «cosas buenas», entonces finalmente seremos valios@s…

Una creencia falaz y limitada porque la verdad es que ya somos valiosos aquí y ahora, tenemos un valor intrínseco inalterable, y cualquier cosa que hagamos es una extensión de ese valor y no está basado en un » tengo que hacer esto o aquello, seguir esta ideología, o esta religión, o este protocolo, o convertirme en (…) profesionalmente para tener valor». Qué pequeña pero qué gran diferencia.

Lo que el arquetipo del Chivo Expiatorio nos ofrece tanto a nivel individual como colectivo es: » Si acepto la responsabilidad y miro cara a cara las elecciones que he hecho y a las decisiones que estoy tomando y que me están estropeando la vida …y dejo de intentar culpar a alguien, a alguien de mi familia, o a mis padres, o al gobierno, (o a algún planeta o tránsito!) por la manera en que mi vida se está desarrollando, entonces vas a empezar a recuperar el poder, porque te estás re-centrando.

Al re-centrarte, al auto-referenciarte, descubres dónde está tu Poder realmente, y le puedes preguntar a tu Alma: «¿Qué es lo que estoy aquí para hacer, cuál es mi siguiente paso? Si me hago responsable de lo que estoy eligiendo, de la creación de mi vida, ¿qué es posible para mi ahora? Es aquí donde encuentras la puerta hacia tu Destino, puesto que empiezas a comprender que es en este umbral donde tienes el poder, cuando eliges no desechar tu poder usándolo para manejar, victimizar, proyectar y controlar… y te puedes reunir contigo mism@ dentro de ti mism@ y darte cuenta que, de todos modos, la verdad es que no puedes controlar a nadie.

Este arquetipo está ahí para que lo uses como una herramienta de rastreo, para que te des cuenta de cómo proyectas y ver cómo te auto-engañas pensando que puedes controlar las situaciones, y si culpabilizar es de veras una opción si de verdad se quiere vivir una vida empoderada. Es una energía que nos sirve para comprender que, a los ojos humanos, la justicia divina no suele ser comprensible; y que la única manera de hacer las paces con el orden divino que nos contiene a tod@s es practicar la disciplina de conocer la propia Sombra.

Una vez iniciad@s en este estrecho sendero, todo empieza a tener cada vez más sentido, lo que nos permite acceder a más cotas de poder y libertad interior para co-crear nuestras vidas.

Temas: Astrologia, Astrologia Arquetipica, Arquetipos, Astrologia Karmica

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